Los riesgos de la deforestación
La preservación del medio ambiente requiere la adopción de estrategias para evitar desastres y preservar los recursos disponibles, como es evidente en el caso de los bosques nativos.
Según datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, entre 1998 y 2002 se perdieron casi ochocientas mil hectáreas de bosques. En los cuatro años siguientes el problema se agravó: se deforestaron un millón cien mil hectáreas. Esto significa que en ocho años el país perdió el diez por ciento de su superficie forestada, y que se destruyen casi mil hectáreas de bosque por día. Además, el crecimiento del ritmo anual de la tala en la Argentina es seis veces más alto que el promedio mundial.
Este arrasamiento de los bosques naturales causa una serie de efectos negativos, que deterioran el clima, las corrientes de los ríos, la calidad de las tierras y la diversidad de especies vegetales y animales. Este trastorno ecológico afecta a los pobladores de la zona de un modo directo, e indirectamente lesiona a toda la comunidad y compromete irresponsablemente a las futuras generaciones.
A lo largo del siglo veinte, la indiferencia ante los bosques nativos dejó que se consumara una deforestación intensa e irracional. En la actualidad, persiste en el país tanto el afán destructivo como la desidia estatal.
De un modo progresivo, velando por el futuro de nuestro entorno, es necesario que se protejan los bosques nativos y que se implemente una estrategia forestal sustentable.
Según datos oficiales, se está registrando una fuerte disminución de bosques nativos, lo cual tiene diversos efectos negativos sobre el medio ambiente. Es necesario tener una política forestal sustentable.
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